Cerca de dos millones de jóvenes de todos los continentes vivieron con alegría una formidable experiencia de fraternidad, de encuentro con el Señor, de compartir y de crecimiento en la fe: una verdadera cascada de luz. Doy gracias a Dios por este valioso don, que da esperanza al futuro de la Iglesia: jóvenes con el deseo firme y sincero de arraigar su vida en Cristo, permanecer firmes en la fe y caminar juntos en la Iglesia” (Benedicto XVI, Audiencia General, 24/8/2011).
Con estas palabras el Santo Padre recordaba los inolvidables días de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud, realizada en Madrid del 16 al 21 de agosto.

Dos millones de personas en la Misa de clausura
De hecho, uno de los aspectos más llamativos del evento fue la participación masiva de fieles procedentes de 193 países, lo que justifica la declaración que hizo el Papa en su discurso de despedida en el aeropuerto de Barajas: “Los jóvenes responden con diligencia cuando se les propone con sinceridad y verdad el encuentro con Jesucristo, único redentor de la humanidad”.
En la Celebración Eucarística de clausura, en el aeródromo de Cuatro Vientos, participaron cerca de dos millones de personas, superando todas las expectativas: “La mayor concentración humana en la historia de nuestro país, y la más internacional a la vista del arco iris de banderas”, comenta el diario ABC.
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Recibimiento en la plaza de Cibeles. |
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Por las calles de Madrid. |
Cuatro días de entusiasmo y devoción
La tarde de la llegada del Papa a Madrid, el 18 de agosto, una multitud de jóvenes llenaba la plaza de Cibeles dispuesta a acoger con “entusiasmo incontenible” al Santo Padre, según él mismo declaraba en la mencionada Audiencia General.
A la mañana siguiente Benedicto XVI se encontró con representaciones de religiosas y de profesores universitarios en el Monasterio de El Escorial. Por la tarde participó en lo que el Arzobispo de Madrid, el cardenal Rouco Varela, calificó como uno de los momentos más emotivos para el Santo Padre: el Vía Crucis, para el que fueron llevadas algunas de las imágenes más populares de la Semana Santa española.
El sábado, el Pontífice administró el sacramento de la Reconciliación a algunos jóvenes, usando para ello uno de los 200 confesionarios instalados en el parque del Retiro, en los que centenas de sacerdotes se turnaban para atender el flujo constante de penitentes durante los cuatro días de la JMJ. “He asistido a auténticas conversiones”, declaró a esta revista el P. José Francisco Hernández Medina, EP, uno de los sacerdotes heraldos asignados por la organización para oír confesiones durante esos días.
A continuación el Papa celebró una Misa en la catedral de la Almudena para 4.500 seminaristas, a quienes les recordó que “cada época tiene sus problemas, pero Dios da en cada tiempo la gracia oportuna para asumirlos y superarlos con amor y realismo”. Ese mismo día también visitó un centro para discapacitados.
Consagración de los jóvenes al Sagrado Corazón
Al anochecer comenzó la vigilia de oración en el aeródromo de Cuatro Vientos. Ni siquiera una fuerte lluvia, que sorprendió a todos durante la ceremonia, desmotivó a los jóvenes que permanecieron “en adoración silenciosa de Cristo presente en la Eucaristía, para alabarlo, agradecerle, pedirle ayuda y luz”, recordaba el Papa en la citada Audiencia.
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Con los profesores universitarios, en la Basílica de El Escorial. |
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Adoración Eucarística en la vigilia de oración. |
Sobre este imprevisto el responsable de la pastoral juvenil del episcopado español, Mons. José Ignacio Munilla, comentó en una entrevista a la agencia Zenit : “Ciertamente, fue un momento de gracia, porque nos hizo ver cómo en un momento el viento nos despojaba de nuestros planes y programaciones, y quedábamos al desnudo ante la grandeza de Dios. Justamente en ese instante, el Papa decidió suprimir sus palabras y pasar a lo esencial, a la Adoración Eucarística. En medio de un silencio de oración impresionante, el Papa pronunció con voz confiada la Consagración de los jóvenes del mundo entero al Corazón de Jesús. Fue el momento cumbre de esta JMJ, que pasará a la historia”.
“Id y haced discípulos a todos los pueblos”
“El encuentro de Madrid fue una estupenda manifestación de fe para España y, ante todo, para el mundo”, afirmaba el Santo Padre en esa Audiencia. “Estoy seguro de que al regresar a sus casas tienen el firme propósito de ser levadura en la masa, llevando la esperanza que nace de la fe”.
Al final de la Misa conclusiva el Papa anunció que la sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en 2013, será Río de Janeiro. A continuación, un grupo de jóvenes españoles entregaban a sus compañeros brasileños la Cruz de la JMJ, que peregrinará por 274 diócesis de Brasil, como preparación para la Jornada que se realizará en este país, cuyo lema escogido por el Papa es: Id y haced discípulos a todos los pueblos (cf. Mt 28, 19).
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