V/. Nosotros Os adoramos y Os bendecimos
R/. Que por vuestra Santa Cruz redimisteis al mundo.
Lectura:
Entre tanto los soldados, habiendo crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos (de que hicieron cuatro partes, una para cada soldado) y la túnica. La cual era sin costura, y de un solo tejido de arriba abajo.
Por lo que dijeron entre sí: “No la dividamos, mas echemos suerte para ver de quién será”. Con lo que se cumplió la Escritura, que dice: Partieron entre sí mis vestidos, y sortearon mi túnica. (Jn. 19, 23-24).
Meditación:
Quién podría imaginar humillación más grande? Jesús, el propio creador del pudor y teniéndolo en grado perfecto, es despojado de sus vestiduras ante toda la gente. Tal vez para reparar la inmoralidad y falta de modestia de los trajes de épocas futuras. De modas que recibirían la grave censura de Nuestra Señora de Fátima.
Cuatro soldados se disputaron la poca herencia de la Divina Víctima. La pobreza de Aquel Dios era tal que, a la hora de su muerte, no le quedaba sino la ropa con la cual estaba vesti do. Nueva lección para mí, que soy dominado por la manía de juntar tesoros en este mundo.
Sobre la túnica decidieron echar suertes, porque los soldados consideraron que se trataba de una pieza de elevado valor, pues no tenía ni una sola costura. Estaba tejida con esmerado arte. ¿Quién la hizo? ¡María Santísima, su Madre! La misión salvadora y universal de Jesús se representa así en este paso, pues Él, que era pobre, usaba sin embargo una vestidura preciosa, simbolizando a través de esos extremos armónicos que vino a salvar a pobres y a ricos.
Cuatro son los puntos cardinales de la tierra y en cuatro se reparten sus pertenencias. Es un bellísimo símbolo de la expansión de la más alta de las obras de Jesús, la Santa Iglesia, que se expandiría por todo el mundo.
Por otro lado, la Santa Iglesia es simbolizada en su unidad perfecta por la túnica inconsútil. Ella pide una unión total entre todos sus fieles, sin la más mínima división.
¿Y cuál es el significado de la suerte echada sobre la túnica? Es la figura de la gracia divina, según San Agustín, pues los planes misteriosos de Dios están muy por encima de los méritos humanos. Él lo decide todo. (Breve pausa para reflexión)
Oración:
Oh Mi Jesús, una vez más, perdón. ¿Cuál no será la gravedad de mi culpa en este momento tan angustioso de vuestra Pasión? ¿Cuántas veces me acusará la conciencia por falta de pudor? ¿No habré ofendido la modestia, haciendo uso de trajes indignos de un cristiano?
¡Perdón, Jesús! Y, al mismo tiempo, asistidme con vuestra santa gracia a fin de respetar con delicadeza de conciencia vuestra Ley.
Que yo ame la unidad de vuestra Santa Iglesia y luche por su expansión en el mundo entero, sin nunca hacer excepción de nadie en esa tarea, para ayudaros a salvar a pobres, a ricos o a cualquier clase de almas.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V/. Sagrado Corazón de Jesús, víctima de los pecadores,
R/. Ten piedad de nosotros.
V/. Que las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios descansen en paz.
R/. Amen.
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