"Los católicos no practicantes constituyen el mayor desafío misionero que enfrenta la Iglesia en Brasil, por lo menos desde el punto de vista cuantitativo". Esta preocupación expresada por la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil en las Directrices generales 1999-2002, refleja la situación general de la Iglesia en la mayor parte de los países de Occidente. De hecho, la gran mayoría de las familias con las que trabajan los Heraldos del Evangelio, los "Apóstoles" y "Mensajeros de Fátima", o no frecuentaron nunca la iglesia con regularidad, o dejaron de frecuentarla. Una de las metas es, por lo tanto, conquistarlas para la vida eclesial, incentivando en ellos la inserción en la comunidad parroquial, no solamente por medio de la frecuencia regular, sino por la participación activa.

Mi esposa y yo,¡nos quedamos encantados! Mis felicitaciones a esta comunidad por esta idea maravillosa, capaz de atraer a gran número de personas y afianzarla aún más en la fe", comentaba un industrial de 58 años.
Las palabras son incapaces de expresar lo que he sentido, pero los mensajes han sido un bálsamo para mi corazón", decía un joven estudiante y añadía: "He salido de este lugar con ganas de amar a todos, cosa que mi corazón era incapaz. Gracias por haber mudado mi corazón que era de piedra y hoy ha vuelto a practicar el mayor mandamiento que Jesús dejó: Amad a Dios de todo corazón y amad al hermano como a ti mismo...".
Para una dentista de 45 años, la visita "fue el comienzo de un nuevo caminar". Y emocionada concluía: "Gracias por la oportunidad de la convivencia con Jesús, y enhorabuena no sólo por el hermoso trabajo no sólo visual, sino también espiritual. Que Dios les bendiga."
"¡Muy bien! Es una necesidad para que el mundo siga un rumbo seguro. Sugiero y rezo para que este movimiento se esparza y aumente en el mundo entero, pues creo que la única salvación para la humanidad será a través de Dios. ¡Enhorabuena!" —fue el comentario de un médico de 50 años.
Por su parte, un profesor de 53 años así exteriorizó sus sentimientos: "Me he quedado tan emocionado con la sesión que no tengo palabras o sugerencias para ampliar o mejorar el belén. La sesión me trajo mensajes de mucha paz y alegría. Una especie de renovación espiritual. Agradezco la oportunidad... en buen momento."
Y un ama de casa resumía lo que estaba en el alma de la mayoría de los visitantes:
"Un regalo de Dios y de María para mí. Nunca he sentido una paz tan grande. Agradezco a Dios por tanta bondad y misericordia para con cada uno de nosotros. Que Él bendiga hoy y siempre la inspiración de este belén y a cada uno de los de esta comunidad. Amén."