Primera Aparición de Nuestra SeñoraPublicado 2009/07/30 La primera tuvo lugar en la noche del 18 al 19 de julio de 1830, fecha en que las Hijas de la Caridad celebran la fiesta de su santo Fundador. Desde su entrada en el convento de la Rue du Bac, Catalina Labouré fue favorecida por numerosas visiones: el Corazón de San Vicente, el Santísimo Sacramento, Cristo Rey y la Santísima Virgen. A pesar de la importancia de las otras apariciones, debemos detenernos en las de la Reina Celestial. La primera tuvo lugar en la noche del 18 al 19 de julio de 1830, fecha en que las Hijas de la Caridad celebran la fiesta de su santo Fundador. De todo cuanto entonces sucedió, dejó Catalina minuciosa descripción:
En fin, a las once y media de la noche, oí a alguien llamarme: - ¡Hermana Labouré! ¡Hermana Labouré! Me vestí de prisa y me dirigí a lado del niño, que permaneció de pie sin alejarse de la cabecera de mi lecho. Yo lo seguí. Siempre a mi izquierda, él lanzaba rayos de claridad por todos los lugares donde pasábamos, en los cuales los candeleros estaban encendidos, lo que me espantaba mucho. Sin embargo, mucho más sorprendida quedé al entrar en la capilla: luego que el niño tocó la puerta con la punta del dedo, ella se abrió. Y mi espanto fue todavía más completo cuando vi todas las velas y candelabros encendidos, lo que me recordaba la misa de media noche. Entre tanto, yo no veía a la Santísima Virgen. El niño me condujo adentro del santuario, hasta el lado de la silla del director espiritual*. Allí me arrodillé, mientras el niño continuó de pie. Como el tiempo de espera me estaba pareciendo largo, miré hacia la galería para ver si las hermanas encargadas de la vigilia nocturna no pasaban por allí.
La Hermana Catalina recordaría después: Di un salto junto a Ella, me arrodillé al pie del altar, con las manos apoyadas en las rodillas de Nuestra Señora... Allí se pasó el momento más dulce de mi vida. Me sería imposible exprimir todo lo que sentí. Ella dijo como me debo conducir junto a mi director espiritual, como comportarme en mis sufrimientos venideros, mostrándome con la mano izquierda el pie del altar, donde yo debo venir a lanzarme y expandir mi corazón. Allá recibiré todas las consolaciones que necesito. Yo le pregunté lo que significaban todas las cosas que viera y Ella me explicó todo: Serás inspirada en tus oraciones. El tiempo actual es muy ruin. Calamidades van a abatirse sobre Francia. El trono será derrumbado. El mundo entero se verá trastornado por males de todo tipo (la Santísima Virgen tenía un aire muy entristecido al decir eso). Pero vengan al pie de este altar: ahí las gracias serán derramadas sobre todas las personas, grandes y pequeñas, particularmente sobre aquellas que las pidan con confianza y fervor. El peligro será grande, sin embargo no debes temer: Dios y San Vicente protegerán a esta Comunidad.
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